jueves, 10 de marzo de 2016

pensamientos sobre empoderamiento femenino



Tratamiento de la dependencia emocional en la mujer 
Jorge Castelló Blasco (Psicólogo) 

 Antes de comenzar a exponer el tratamiento de la dependencia emocional, convendría detenernos brevemente en lo que entendemos por ella. La dependencia emocional es la necesidad excesiva de tipo amoroso que una persona siente hacia otra, generalmente en el contexto de una relación de pareja, y la tendencia de dicha persona a establecer en su vida este tipo de comportamiento. Dos aspectos característicos emergen de esta aseveración: en primer lugar, que la necesidad es excesiva y que por tanto no se reduce a la propia de una relación amorosa; en segundo lugar, que dicha necesidad es de carácter afectivo y no de otro tipo (pensemos en el clásico “trastorno de la personalidad por dependencia”, en el que la indecisión y la sensación de inutilidad o desvalimiento personal es lo que une a la persona de la cual se depende). En esta conferencia hablaré de la dependencia emocional en la mujer (también la encuadraré en el contexto de una relación heterosexual para no hacer la exposición farragosa), sin olvidarnos de que es un fenómeno existente también en varones aunque en menor medida. Aunque sería objeto de otro trabajo, es oportuno señalar que en los varones frecuentemente se da de una manera camuflada, constituyendo así una forma atípica1 de dependencia emocional basada en la dominación hacia la pareja y en un desprecio o negación de los sentimientos hacia ella. Volviendo a la dependencia emocional estándar, que es la que aparece generalmente en mujeres y también en varones, paso a describir las características de las personas que la padecen (en adelante me referiré en femenino a los dependientes emocionales por centrarse este trabajo en la mujer):  Se aferran obsesivamente a la persona de la cual dependen.  Continuamente están con su pareja o bien la están llamando por teléfono, enviando mensajes al móvil, etc. Quieren acceso constante hacia ella.  Como sucede en otras adicciones, el objeto de la misma tiene la exclusividad en la vida de la dependiente emocional, de tal forma que los amigos y amigas dejan de existir, la familia cuenta cada vez menos, el tema de conversación favorito es la pareja, etc.  La ruptura amorosa es tan temida que en los casos de dependencia emocional grave no se tiene en cuenta, ni siquiera si hay menosprecio grave, deterioro manifiesto de la relación e incluso malos tratos, tanto psíquicos como físicos. La relación sólo se romperá si lo promueve el compañero, y por nefasta que haya sido esta relación la dependiente emocional intentará una y otra vez reanudarla, llegando hasta extremos que pueden resultar patéticos para el entorno.  La dependiente emocional idealiza a su pareja, es justo lo contrario de lo que piensa de sí misma. Utilizando una expresión coloquial bastante gráfica, “se queda con la boca abierta” cada vez que ve a su compañero sentimental.  Estas mujeres tienen tendencia a sintomatología ansiosa y depresiva, agudizada hasta extremos psicopatológicos relevantes en caso de ruptura. Éste suele ser el motivo de consulta más frecuente.  Suelen escoger como parejas a varones más bien narcisistas, egoístas, con gran seguridad en sí mismos y que se desenvuelven bien con el entorno. A su vez, éstos se encuentran con su complemento perfecto con este tipo de mujeres.  Se someten a sus compañeros, negándose sus preferencias, sus decisiones y sus intereses. Todo gira en torno al varón, al compañero.  De todo lo anterior se desprende que las relaciones sentimentales son claramente desequilibradas, asimétricas.  En caso de ruptura, saltan de una relación a otra lo antes posible. Si esto sucede, la pareja anterior que era el centro de la existencia deja de tener importancia, para ocupar este papel el nuevo compañero.  Realmente no quieren a su pareja, la necesitan.  No soportan la soledad, la viven con intenso agobio y malestar.  Su autoestima es muy deficiente, el centro de su existencia es el compañero, al que se le encumbra hasta límites insospechados.  Las dependientes emocionales suelen tener una historia de carencias afectivas importantes por parte de la familia, del entorno o de ambos. No están acostumbradas a ser queridas de verdad. No obstante, continúan buscando satisfacciones emocionales en su entorno sin desvincularse de los demás o sin que aparezca una reacción caracterológica de desconfianza u hostilidad, por ejemplo. 


Aqui les dejo un sitio donde hay un test para autoevaluarse...sigamos en contacto




http://www.webconsultas.com/mente-y-emociones/test-de-psicologia/test-eres-un-dependiente-emocional-11856

jueves, 30 de enero de 2014


Grupo "Mujeres que corren con lobos"

Saludos todas son bienvenidas

Hola Soy estudiante de 5º año de psicología tengo 50 años como ven grande ya estoy logrando mi sueño académico, soy una mujer que ama demasiado en recuperación, quiero ofrecerles mi apoyo voluntario para todas aquellas mujeres que necesitan apoyo en los difíciles momentos de retroceso, recaídas y abstinencia... Se lo difícil que puede llegar a ser pero se también que se puede lograr, que es un proceso que no termina si no que se transforma y con el que hay que trabajar día a día. He creado un grupo que se llama Mujeres que Corren con lobos, ojala lo puedan agregar a su sitio . Gracias

jueves, 24 de julio de 2008

Ya te lo Dijo




“Es más hermosa la verdad
que el fingimiento del amor”.
- R. W. Emerson.
Muchas veces no vemos lo más evidente. Irónico, pero así es, así lo elegimos. Y con esa optativa ceguera generamos nuestra propia frustración y por nuestro propio gusto. En miles de ocasiones he escuchado en mi consulta –y en mi vida también— frases como estas:
Es que... ¿por qué no me ha hablado?
¿Por qué yo soy quien siempre le tiene que hablar primero?
¿Por qué siempre me cancela?
¿Seré importante o no para ella (él)?
¿Por qué cambia de planes tan fácilmente?
¿Me amará como yo le amo a ella (él)?
¿Y por qué a mí no me invita?
¿Me querrá o solo me está utilizando?... etc., etc., etc.
Y por querer encontrar la respuesta a estas preguntas, decidimos lanzarnos cual clavadista en la Quebrada, hacia donde creemos que está, en lo más profundo de la emociones y sentimientos de la otra persona, para averiguar, para esclarecer, para demostrar el injusto trato que creemos se nos da en virtud de como tratamos a aquella persona y que por justicia y equidad nuestro ego nos hace reclamar en merecimiento. ¡Cuánto dolor se genera en este juego psicológico y para colmo por propia voluntad! Queremos buscar la respuesta en lo profundo de la otra persona, cuando la respuesta resplandece en lo más superficial, en sus actos, donde lo que quieres saber ya te lo dijo.
Cada vez que alguna amistad o algún paciente me pregunta qué hacer para llegar a la respuesta que buscan con sus preguntas, veo el enorme impacto que se suele manifestar en sus rostros cuando les digo: “Pero si ¡ya te lo dijo! ¿Qué más quieres saber si tus preguntas ha sido respondidas claramente desde antes de que las hubieras planteado? No hay nada oculto aquí, no mucho más que preguntar, la respuesta la tienes ante ti y de manera abrumadora. Ya te lo dijo con sus evidentes actos. Lo que pasa es que quizá no te guste esa respuesta, aunque sea la verdadera, y vas a buscar otras respuestas que se adapten a tu favor. No hay peor ciego que el que no quiere ver”. El silencio consecuente ante toda confrontación no se hace esperar. El gesto manifestando el recuerdo de los hechos con lo claro de su mensaje se empieza a hacer manifiesto. Emerson dijo alguna ocasión: “Grita tan fuerte tu actitud que no escucho lo que me dices”, a lo que yo le agregaría: “...y aún así hay gente que prefiere sufrir escuchando lo que le dicen, incluso sabiendo que no es verdad ante lo apabullante de los actos”.
Analicemos un vago y común ejemplo. Cuando queremos demasiado a alguien y se lo demostramos con hechos y con palabras, y ese alguien no nos llama ni nos procura en absoluto... ¿no está quedando claro ya el mensaje desde ahí! Por la necedad de nuestro ego en querer ver solo lo que queremos ver, de inmediato surge la necesidad de hablarle a esa persona para preguntarle si nos quiere o no, como si sólo las palabras comunicaran el mensaje. ¡Los actos comunican con más fuerza y con más veracidad! Pero no los queremos ver. Son muy dolorosos para observarlos. Rompen nuestra expectativa y en lugar de sanarnos con la verdad, elegimos seguir enfermando nuestra alma queriendo ver una ilusión de óptica fabricada por nosotros mismos. Esta es una de las razones por las cuales los terapeutas seguimos teniendo mucho trabajo. Si alguien a quien procuras con amor no te ha hablado en mucho tiempo y tu te preguntas si te quiere o no..., con sus actos ¡ya te lo dijo!, y quizá desde hace mucho tiempo. No hay mucho que investigar, pero no hay mucho que investigar tan solo si quieres vivir en la verdad. De lo contrario, habrá mucho que indagar, ya que en la mentira nunca se llega a nada que te de la sensación de haber concluido. Cuando se maneja la mentira, al final de la conversación siempre queda ese resquemor que nos hace sentir que algo falta por aclarar, y así, las conversaciones de un mismo punto pueden alargarse por años.
Uno de los más grandes errores de relación en el ser humano es enamorarse de una ilusión, a tal grado, que nunca se ve la verdad por más evidente que esta sea. Y cuando llega el momento donde se alcanza a ver la enorme distancia que existe entre la ilusión y la verdad, entre lo falso y lo real, no se puede creer. Pero lo más increíble es que esa misma distancia la haya generado ella (o él) misma(o). Así de fantasiosa es la mente humana en muchas ocasiones. Y la única solución para salir de este maléfico encanto autoprovocado es decidir enamorarse de la verdad. Cuando uno logra este mágico encuentro, todo se ve claro. Ahí no hay mucho que preguntar, ¿para qué?, si ya te lo dijo.


(del libro: Cree en ti - Alejandro Ariza)



“Si no te quieren como tú quieres que te quieran,
¿qué importa que te quieran?
- Amado Nervo.

Paso N° 2


"Haga que su recuperación sea su primera prioridad"


Qué significa

Hacer que su recuperación sea su primera prioridad significa decidir que, no importa lo que se requiera, usted está dispuesta a seguir esos pasos para ayudarse. Ahora bien, si eso le parece extremo, piense un momento hasta qué extremos estaría dispuesta a llegar para hacerlo cambiar a él, para ayudarlo a él a recuperarse. Entonces desvíe la fuerza de esa energía hacia usted misma. Aquí la fórmula mágica es que, si bien todo su trabajo y todos sus esfuerzos no pueden cambiarlo a él, usted sí puede, con el mismo gasto de energías, cambiarse a sí misma. Entonces, use su poder donde pueda surtir efecto: ¡en su propia vida!

Qué requiere hacer que su recuperación sea su primera prioridad.

Requiere un compromiso total con usted misma. Quizás ésta sea la primera vez en su vida que usted se ve como alguien realmente importante, realmente digno de su propia atención y su propio cuidado. Tal vez le resulte muy difícil hacerlo, pero si cumple con los procedimientos de asistir a las consultas, participar en un grupo de apoyo, etc., eso la ayudará a aprender a valorar y promover su propio bienestar. Entonces, por un tiempo, hágase ver, y empezará el proceso de curación. Pronto se sentirá tanto mejor que querrá continuar.

Para colaborar en el proceso, esté dispuesta a educarse sobre su problema. Si usted creció en una familia alcohólica, por ejemplo, lea libros sobre el tema. Vaya a conferencias pertinentes al tema y averigüe lo que se sabe sobre los efectos de esa experiencia en la vida posterior. Será algo incómodo y a veces hasta doloroso exponerse a esa información, pero no tan incómodo como el continuar viviendo sus patrones sin ninguna comprensión de la forma en que su pasado la controla. Con la comprensión viene la oportunidad de elegir, de modo que cuanto mayor sea la comprensión, mayor será su libertad para elegir.

Se requiere también la voluntad de continuar invirtiendo tiempo y quizá también dinero para curarse. Si usted se resiste a invertir tiempo y dinero en su recuperación, si le parece un gasto inútil, considera cuánto tiempo y dinero ha gastado tratando de evitar el dolor, ya sea por mantener su relación o por llevarla a su fin. Bebiendo, usando drogas, comiendo demasiado, haciendo viajes para huir de todo, teniendo que reponer cosas (de él o suyas) que rompió en sus ataques de furia, faltando al trabajo, haciendo costosas llamadas de larga distancia a él o alguien que usted espera que entienda, comprándole regalos a modo de compensación, comprando regalos para usted misma para ayudarse a olvidar, pasando días y noches llorando por él, descuidando su salud hasta el punto de enfermar de gravedad... la lista de formas en las que usted ha invertido tiempo y dinero para mantenerse enferma quizá sea lo suficientemente larga como para hacerla sentir muy incómoda si la mira con honestidad. La recuperación requiere que usted esté dispuesta a invertir, por lo menos, eso mismo para curarse. Y como inversión, tiene la garantía de que le dará ganancias considerables.

El compromiso total con su recuperación también requiere que usted reduzca severamente o suspenda del todo el consumo del alcohol o de otras drogas durante el proceso terapéutico. El uso de sustancias que alteran la mente durante dicho proceso le impedirá experimentar totalmente las emociones que aflorarán en usted, y solamente experimentándolas en profundidad podrá obtener la curación que proviene de la liberación de esas emociones. El malestar y el miedo que le produzcan esos sentimientos pueden llevarla a intentar apagarlos de una manera u otra (incluso utilizando la comida como droga), pero es importante que no lo haga. La mayor parte del "trabajo" de terapia ocurre durante las horas en que usted no está en el grupo ni en sesión. Mi experiencia con las pacientes es que cualquier conexión que se haga durante las sesiones de terapia o entre ellas tiene valor duradero sólo si la mente se halla inalterada al procesar ese material.

Por qué es necesario hacer que su recuperación sea su primera prioridad

Es necesario porque, si no lo hace, usted nunca tendrá tiempo de curarse. Estará demasiado ocupada haciendo todas las cosas que la mantienen enferma. De la misma manera en que el aprendizaje de un nuevo idioma a menudo requiere una exposición repetida a nuevos sonidos y estructuras que se contradicen con las formas ya conocidas de hablar y de pensar, y no puede ser entendido en absoluto si esa exposición es infrecuente o esporádica, lo mismo sucede con la recuperación. Un gesto ocasional y no muy decidido de hacer algo por usted misma no bastará para afectar sus formas arraigadas de pensar, sentir y relacionarse. A través del hábito exclusivamente, se reafirmarían sin un trabajo correctivo.

Para contribuir a ponerlo en perspectiva, considere los extremos a los que llegaría usted si tuviera cáncer y alguien le ofreciera una esperanza de recuperación. Esté dispuesta a llegar a esos extremos para recuperarse de esta enfermedad, que destruye la calidad de la vida y, posiblemente, la vida misma.


Qué implica hacer que su recuperación sea su primera prioridad

Sus citas con el terapeuta o su tiempo con el grupo están en primer lugar. Son más importantes que:

· una invitación a almorzar o cenar con el hombre de su vida.
· encontrarse con su hombre para hablar de la situación.
· evitar sus críticas o su ira.
· hacerlo (a él o a cualquier otro) feliz; obtener su aprobación (de él o de cualquier otro).
· hacer un viaje para huir de todo por un tiempo (para poder volver y seguir soportando lo mismo).